Rarezas
¡Mu! ¡mu! ¡mu!
¡guau! ¡guau! ¡guau!
un bosque calla y escucha,
un árbol se dobla
aplastado por las nubes,
llora a las estrellas
un perro ladrando
otras veces muge,
convertido en mañana
el hoy de nosotros.
La oscuridad sube a las montañas,
el viento se inclina,
manadas de sauces
lloran
hacia la tierra,
les maldice el espíritu
la recta ascensión,
mugidos y ladridos
pueden subir más…
la sangre de detrás
del ala, en el cielo,
subió también
desde ayer hacia la mañana
solo yo, el soldado
del sordo misterio,
sigo siendo
el mismo ladrido de perro.